lunes, 27 de agosto de 2007

DRAGONES

DRAGONES
Origen de Dragones

Los dragones fueron representados a lo largo del tiempo como grandes serpientes o reptiles que poseen cualidades mágicas o espirituales. El origen o etimología de su nombre proviene del latín: draco, draconis, y es un término que designa a un animal mitológico, aunque también se llama así a un tipo de planta, por sus flores que semejan una cabeza de dragón.
Por razones de analogía, también se denomina “dragón” a una especie de pez, a una constelación y a un cuerpo de infantería, por las dragonas o charreteras que empleaban los soldados y por los dragones pintados en su estandarte o esculpidos en sus pistolas. Dragoncillo es el nombre de un arma que escupe fuego.

Simbolismo de los Dragones

Durante la Edad Media, los dragones fueron considerados símbolo de apostasía y de traición, aunque también de cólera y envidia. Los dragones de varias cabezas significaban decadencia, opresión y herejía, aunque también fueron considerados como emblema de independencia.

Teorías sobre Dragones

Algunos piensan que los dragones realmente existieron en tiempos inmemoriales, inspirándose en fantásticas leyendas que así lo afirman. Otros creen que fueron una variante biológica de los dinosaurios, aunque no existe evidencia empírica para apoyar esta tesis. Los arqueólogos e investigadores de criptozoología afirman que existieron lagartos gigantes de cualidades similares a las atribuidas a los dragones, a los que llamaron “Megalania”. Sin embargo, no resulta viable afirmar que se trataron de la misma clase de animales.

Anatomía de Dragones

Los dinosaurios dejaron de existir sobre la faz de la tierra hace millones de años. Como el hombre no pudo ser testigo de su presencia, fue alimentando leyendas a partir de la recolección de restos arqueológicos y especuló que estos seres primitivos debían ser criaturas gigantescas similares a enormes reptiles. La creatividad popular sumó una buena dosis de fantasía, y así llegamos a la existencia de los Dragones.
“El dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero son inescrutables. En general lo imaginan con cabeza de caballo, cola de serpiente, grandes alas laterales y cuatro garras, cada una provista de cuatro uñas. Se habla asimismo de sus nueve semblanzas; sus cuernos se asemejan a los de un ciervo, su cabeza a la del camello, sus ojos a los de un demonio, su cuello al de la serpiente, su vientre al de un molusco, sus escamas a las de un pez, sus garras a las del águila, las plantas de sus pies a las del tigre y sus orejas a las del buey. Hay ejemplares a quienes les faltan las orejas y que oyen por los cuernos. Es habitual representarlos con una perla que pende de su cuello y es emblema del Sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quitan.” (Fuente bibliográfica: El Libro de los Seres Imaginarios, Jorge Luis Borges).


Dragones y el juego del Yin Yang

Jorge Luis Borges, en su Libro de los Seres Imaginarios, explica que “La cosmogonía china enseña que los Diez Mil Seres (el mundo) nacen del juego rítmico de dos principios complementarios y eternos, que son el Yin y el Yang. Corresponde al Yin la concentración de la oscuridad, la pasividad, los números pares y el frío; al Yang corresponde el crecimiento, la luz, el ímpetu, los números impares y el calor. Símbolos del Yin son la mujer, la tierra, el anaranjado, los valles, los cauces de los ríos, y el tigre; del Yang, el hombre, el cielo, el azul, las montañas, los pilares, el dragón”.